En la edición anterior de la Itzulia descubrimos un nuevo puerto de montaña, de nombre Ermualde, que finalizó en el Santuario de Santa María del Yermo. Se trata de un conjunto monumental extraordinario, pero a su vez misterioso. Ello se debe a su ubicación, encaramado en una montaña y erigido con vocación de soledad y aislamiento. Por ello, no es extraño que confluyan allí diversas leyendas populares en las que brujas, lamias y templarios se entremezclan. Todo parece mágico en aquel entorno natural tan extraordinario y dotado de diversos elementos de interés arqueológico, un templo tardogótico con su campanario exento, dos ermitas cercanas, neveras, caleros u otros elementos de gran vistosidad.
